Rodolfo Alejandro Taborda Ibañez, supo en momentos de su adolescencia tener un sueño por el cual lucharía: ¡Vivir y sentir el uniforme!
Podríamos decir que logró su cometido. Ahora está en una esquina de la calle Urquiza, la temperatura es de 35ºC y el uniforme no ayuda para, improductivamente, completar las 10 horas que le exige jefatura, si es que no tiene recargo (sería muy afortunado no tenerlo). Durante ese tiempo empezó a reflexionar lo que es ser policía. Entre tantos pensamiento deseó que la constitución nacional lo contemplara, si no fuera, por el articulo 16, al menos por el articulo 15 o 14 Bis... ¡Es una utopía! y con esto terminó deprimiéndose.
¡Al menos tiene su recompensa en su casa!... rápidamente sacó el arma e intentó acabar con su vida.
Gracias a la división correspondiente, no tenía cartucho y solo logro golpearse con el cañón en la ceja.
La policía tiene grandes satisfacciones, si descubrimos algunos, prometo denunciarlo.
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