Hoy Rodolfo está en crisis, se levantó a las 5.45 y debe en 15 minutos estar en Jefatura. No encontró su pistolera, la camisa estaba muy arrugada y los pantalones, siempre le falta el botón y siempre se propone arreglarlo. Los borcegos están sin lustrar pero eso es lo de menos. Vence la factura del teléfono, pero no tendrá tiempo para pagarlo.
Afuera le espera 10 horas de imporductivas clavadas en quien sabe que rincón de la ciudad.
-¡Hoy me peleo con el mundo!; se propone
-Daré ese paso y le escupiré al jefe en su jeta todo está mierda que es mi vida, pero es consecuencia de la policía
Así emprendió furioso su marcha a Jefatura. Llegó 6.20 como era de esperar. De un lado de la oficina lo llama con voz firme el jefe de operaciones "Taborda, venga pacá" se escucho en jefatura. Si existiera subtitulo en esta escena segundo que el apellido estaría mal escrito, con errores ortográfico. El jefe ni siquiera había terminado la secundaria y era jefe de Rodolfo que al menos tenía un título de maestro mayor de obra.
-¡Infeliz! acá no más lo mando a la puta, demasiado tengo con mi vida que debo bancarme al pelotudo este, luego a la sociedad misma; pensaba en voz baja mientras entraba sigiloso a la oficina. El jefe balbuceaba incoherencia en el teléfono, en algún momento a Rodolfo le pareció que hablaba de apuesta de caballos.
-¡Tome asiento m'hijo!; replico el jefe con tono burlon, al menos alguien parecía tener buen día.
-¡Estoy harto de ser esclavo de este siglo! Mejor me pongo a trabajar de verdad y dejo todo esto, si al menos la parada fuera el escape, pero es multiplicar mis problemas existenciales, es sumar quejas ajena. Bancarme al boludo que me pregunta si puedo estacionar siendo que existe un cartel que lo prohibe... y lo interrumpió el jefe.-
-¡Tenemos un problema!
-¡Mirá, no soluciono los mío y los que me plantean en mi esquina y me venís a contarme los tuyos!...¡Quiero la baja!; Pensó casi furioso Rodolfo mientra su corazón latía más fuerte.
-Me parece que estas de más acá, hoy es tu día de franco ¿Que haces a esta hora?
-¡No quiero la baja!; Se contestó a sí mismo. Ya no era su día de crisis, ya el tiempo estaba mejor, no era tarde al contrario, muy temprano, no importaba el botón y su bragueta a medio abrir, los borceguíes estaban demasiado lustrado por hoy. ¡Que corta son mis crisis! pensó y regreso a su casa